Nieto Bedoya, Marta2024-07-162024-07-16https://biblioteca-juandevillanueva.coam.org/handle/123456789/1455Armando Salas (Monterrey, 1916-1995) fue un fotógrafo, alpinista y explorador mexicano que captó los paisajes de todas las regiones de México a través de sus viajes. En su fotografía destaca el blanco y negro. Se dedicó personalmente a todo el proceso fotográfico de sus obras, desde la toma de la imagen hasta su revelado. Realizó 85 exposiciones sobre el paisaje mexicano. Conoció a Luis Barragán (Guadalajara, 1902-1988) en una de esas exposiciones en el Palacio de Bellas Artes de México en 1944. El interés de Barragán de adquirir parte de los terrenos del Pedregal de San Angel se dio en el mismo momento en el que Armando Salas exponía varias fotografías del mismo paisaje volcánico. Desde entonces se forjó una unión entre fotógrafo y arquitecto movidos por un interés común: La transmisión no sólo de la imagen de la arquitectura, sino de la emoción y la belleza que se esconde detrás de cada imagen, de la luz. No consistió en una relación fortuita y puntual en la vida de estos dos artistas, sino en la forja de una idea común consolidada en el tiempo y en una retroalimentación de la imaginación y capacidad de influencia de uno sobre el otro. No es la primera vez que se da este tipo de relación entre fotógrafo y arquitecto, ni será la última. Ya conocemos la relación de Mies Van der Rohe con Richard Nickel, Le Corbusier con Lucien Hervé, Richard Meier con Ezra Stoller, o relaciones actuales como Campo Baeza con Javier Callejas. Estos grandes arquitectos han potenciado su arquitectura a través de la visión del fotógrafo y su concepción de la luz, creando obras que a día de hoy seguimos reconociendo a través de esas imágenes. El resultado del trabajo conjunto de Salas y Barragán es un claro ejemplo de cómo la fotografía es capaz de crear proyectos arquitectónicos perdurables en el tiempo. Estas imágenes han permitido la transmisión de sus proyectos a lo largo de los años y mantenerlos en el pensamiento de los arquitectos de hoy. Partimos de dos temas enormemente amplios: fotografía y arquitectura. Se trata de temas inabarcables en un TFG, por lo que se centra la atención en la colaboración conjunta de estos dos artistas que realizan un proyecto común. De esta manera se acota el campo de estudio y se consigue profundizar en una pequeña parte de él. La cuestión fundamental del trabajo es cómo la fotografía es capaz de manipular la imagen de la arquitectura. Conseguimos así acotar la amplitud de temas que se pueden abordar relacionando la fotografía con arquitectura. Massimo Vignelli tenía la sospecha, y con razón según mi criterio, de que las fotos de Salas tenían el poder de estimular "...nuevas expresiones, nuevas investigaciones y percepciones más !9 ricas” en la mente del arquitecto. Así mismo, es fácil pensar que el resultado 2 de esta estimulación de Barragán provocaba nuevas imágenes en la cámara de Salas, iniciando de nuevo el ciclo de retroalimentación entre arquitecto y fotógrafo. La simbiosis de la imaginación de ambos artistas ha llegado a alcanzar un nivel tan extraordinario que es fácil creer que existe una inspiración mutua. Tal y como pregunta Vignelli: "¿Era Barragán quién influía sobre Salas, o eran las imágenes de Salas las que influían en Barragán?"3. Lo que está claro es que la visión de cada uno de ellos puesta en común crea un equilibrio estable, similar al ying-yang. Muchos arquitectos posteriores afirman que el éxito de Barragán y sobretodo la divulgación de su obra a nivel internacional, no habría sido posible sin las fotos de Armando Salas. En México, hasta hace unas décadas, Barragán no era un arquitecto reconocido a pesar de la exposición fotográfica de su arquitectura en el MoMa. ”Una década antes, la mayoría de mis compañeros de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara ignoraban quién era Barragán. Ahí se debatía sobre las últimas corrientes de arquitectura extranjera, como los metabolismos japoneses o las ciudades futuristas del Archigram […] En términos políticos, la Escuela buscaba ubicarse en el contexto de los cambios que vivían instituciones similares en todo el mundo a finales de los años sesenta […] Todo ello excluía del centro de la discusión a Barragán.”4 Por tanto, su éxito exclusivamente internacional se lo debe al trabajo divulgativo de su obra, que no habría sido posible sin la intervención de Salas. Esto no es una casualidad. Barragán se dedicó a promocionar su obra controlando la imagen del proyecto en todo el proceso para que fuese atractivo para el cliente. La fotografía se transforma en una herramienta más de trabajo y de producción del proyecto que en el caso de Barragán fue determinante para su carrera.application/pdfhttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/es/info:eu-repo/semantics/openAccessArquitecturaLa arquitectura de Barragán a través de la fotografíainfo:eu-repo/semantics/bachelorThesis